Alfonso Aroca: "Orilla del mundo"

Martes 30 de agosto de 2016 por Claude Worms

Alfonso Aroca: "Orilla del mundo" - un CD ConCuerda Producciones, 2014

El piano flamenco no tiene nada que envidiarle a la guitarra flamenca en cuanto a riqueza y variedad de tendencias. Pero pocas veces hemos escuchado a un pianista flamenco tan convincente como lo es Alfonso Aroca, cuya primera grabación acabamos de descubrir con un poco de retraso. Para que uno se dé cuenta de su nivel musical, digamos que aúna la expresividad flamenca de Diego Amador con el rigor de composición de Pablo Suárez. Su formación musical tiene que ver con ello: ha estudiado piano clásico, solfeo, teoría, trasporte, acompañamiento así como pedagogía musical en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba, y luego siguió una formación al jazz y a las músicas latinoamericanas y al flamenco en el Taller de Musics de Barcelona con el baterista Jordi Rossy el pianista Eduardo Tancredi y el guitarrista Juan ramón Caro. Condiciones necesarias pero no suficientes para crear semejante álbum: Alfonso Aroca añade en él un profundo conocimiento del vocabulario musical de la guitarra flamenca y del cante y, por supuesto, su talento personal. Siendo la guitarra el instrumento de codificación de las estructuras armónicas y rítmicas de los palos, todo acercamiento instrumental al flamenco pasa por el trasporte de su toque a otro instrumento. El piano se revela apto para dicho ejercicio, con la condición de que uno no se conforme con una simple imitación, y busque entre ambos instrumentos unas correspondencias sintácticas mejor que técnicas.

Basta con escuchar el primer minuto de la bulería “Coraje” (modo flamenco de Sol#) para darse cuenta de que Alfonso Aroca las ha encontrado: arpegios quebrados mano derecha / mano izquierda (el soniquete de los medios compases de Jerez, estilo Moraíto con la profundidad de los bajos dada por el piano) que genera un primer tema que será desarrollado luego (0’10 – 0’35), progresiones armónicas en acordes placados en unos desfases sutiles entre las dos manos, con algunas escapadas hacia los agudos para airear la textura (compases en rasgueados: 0’35 – 0’40, luego 0’50 – 1’01), remates en rasgos "a tecla pelá" (0’40 – 0’47) o en bajos sincopados muy jerezanos de nuevo (1’05 – 1’10), llamada canónica (0’47 – 0’50) y cierre con alusión fugitiva al balanceo de la Bulería al golpe (1’01 – 1’05). El resto de la composición es una magnífica demostración de toque flamenco al piano, que se vale, en las falsetas sucesivas, de los pedales, para puntuar el discurso con abruptos silencios ("apagados") o al contrario para prolongar la resonancia de algunas notas (disonancias de segunda y novena menores conseguidas con las cuerdas al aire de la guitarra), un control al milímetro de la dinámica (evocación de los ligados y glissandos muy genuinos, de los ornamentos y trinos "a compás " tan del gusto de Manolo Sanlúcar) y sobre todo un trabajo sobre la articulación que hace destacar las líneas melódicas y sus comentarios a modo de contrapunto en los graves y genera un swing comunicativo.

Volvemos a encontrar esas cualidades en el Fandango (“La pakina” – modo flamenco de Re# y tonalidad relativa de Si mayor) y las cantiñas (“De donde bebo” – tonalidades de Fa mayor y Fa menor). El fandango con compases tradicionales (el primero en 0’51) falsetas en arpegios (2’11 – 2’31) o parafraseando el cante (1’40 – 2’11) concluye con un dinámico estribillo tocado notas contra notas con el bajo (Agustín Espín) y el laúd (Carlos Cortés Bustamente) y una coda que recoge los motivos de la introducción. Un corto preludio rapsódico ad lib elaborado en un motivo ostinato en arpegios que empieza en modo flamenco de La y modula lógicamente hacia la tonalidad relativa de Fa mayor precede una cantiña de Córdoba (hermosos cantes interpretados con elegancia por Matías López “El Mati”) también ad lib. Entramos a compás en la segunda parte de dicha cantiña, modulando hacia la tonalidad homónima menor (Fa menor). A ambas partes de las cantiñas de Lebrija / Utrera, la composición de Alfonso Aroca estriba en temas de Vicente Amigo (“Maestro Sanlúcar”) y de Juan Ramón Caro (“Valle del sol”). El pianista tiene la elegancia de mencionar sus fuentes de inspiración en el libreto del disco (de ahí el título del toque). De paso, es preciso recalcar que nos da una verdadera lección de acompañamiento del cante al piano, como lo hace también en la Soleá.

Una "Suite flamenca" en tres movimientos, nos lleva de la rondeña ("Semilla" - en modo flamenco de Do# por supuesto) a la bulería ("Fruto"), pasando por la soleá ("Flor"). Los títulos de las tres composiciones implican una suerte de programa traducido escrupulosamente por su plano modal y su progresión rítmica. La rondeña abarca efectivamente "la semilla" del motivo de la soleá, en el mismo modo (con una interpretación original de un cante de Alcalá por “El Mati”). Destacaremos en su introducción, una evocación voluntariamente "naïve" y no sin rasgos humorísticos de los toques de salón de finales del siglo XIX - los cierres saltarines de los tiempos 10 a 12 (véase las partituras de Juan Parga, Julián Arcas, Tomás Damas…) - y luego una serie de trasportes para el piano de falsetas tradicionales de guitarra, emblemáticas del palo. Una transición nos lleva poco a poco hacia la bulería (contratiempos y síncopas para acelerar el aire) con una modulación hacia el modo flamenco de Si a partir del tercer grado del modo flamenco de Do#: E – D – Bm7 – D – C – B (1’15). La canción por bulería que sigue (“El Mati”), oscila entre dicho modo y su tonalidad relativa menor (Mi menor), y concluye con una hermosa suspensión en la tercera mayor del modo (notas La – Si – Do – Re – Re# ) acompañada ahora por una cadencia jazz y que lanza un solo de piano be bop: mano derecha melódica veloz, puntuada por unos "block chords" aislados en los tiempos acentuados de la bulería, o en síncopas en dichos tiempos.

La taranta ("De Cartagena a La Unión” – en el modo flamenco de Fa# tradicional) nos brinda una última realización de "toque flamenco" al piano: cascadas de arpegios en el acorde de F#7M(b9/#11) en todo el ámbito del instrumento, "paseos" tradicionales en el acorde de D7 (3’25 – 3’46) , trémolo (notas repetidas con la mano derecha: 4’04 – 5’03), cadencias III – II – I (A – G7 – F#) con unos transportes hacia el teclado, de los ligados y la alzapúa tocados extremadamente graves...

La farruca (“Faro al viejo mundo” – tonalidad tradicional de La menor) es un modelo de fusión jazz / acompañamiento del baile, de forma A / B / A. La sección A empieza con un maravilloso tema de bolero que nos lleva a un "paseo" V – I (E7 – Am) sin artefactos armónicos superfluos cuyas repeticiones variadas con su balanceo y su refinamiento rítmico afro-cubanos habrán encantado a Faustino Núñez a quien debemos la presentación del álbum. Después de una falseta para el baile tradicional muy sobria y puntuada de silencios expresivos (1’23 – 1’51) y de nuevos "paseos" , la sección B, de aire más rápido, hace alternar solos jazzy en el tema del bolero y un motivo de arpegios giratorios propicio al acompañamiento del baile (primera ocurrencia en 2’36), antes de volver al aire y al tema de la sección A.

Foto: Gloria Nicolás

El "bonus track" no es, por una vez, un pretexto para alargar el tiempo de duración de la grabación - "bonus", sin duda, porque la composición está fuera del programa "flamenco". En una forma A / B / A de nuevo, se trata de un homenaje a Erik Satie (“Vals en recuerdo a Satie”). El tema de la sección A, por su aire, sus contornos melódicos y el "estatismo" armónico de la mano izquierda (bajos y acordes alternados en el primer tiempo de cada medida) evoca al Satie de las “Gymnopédies” y de las “Gnossiennes” . Pero el 3/4 del vals después de una transición en acordes sincopados, se vuelve rítmica de jazz ternaria para una serie de solos que por la fluidez de su línea y la delicadeza del toque en el teclado podría sugerir otro subtítulo " Homenaje a Bill Evans" (“Waltz for Debby”)).

Producción clara (Carlos Cortés Bustamente y Alfonso Aroca) y secciones rítmicas impecables (según los títulos: Bori Albero, contrabajo; Agustín Espín, bajo; Carlos Cortés Bustamente, percusión; Matías López “El Mati”, Carlos Cortés Bustamente, José Manuel Leal “Tete” y Ángel Reyes, palmas): un disco imprescindible.

Claude Worms

Traducción al español: Maguy Naïmi

Galería sónora

"Coraje" (bulería)
"Faro al viejo mundo" (farruca)

"Coraje" (bulería) : Alfonso Aroca (composición y piano) ; Javier Rabadán (cajón) ; Matías López "El Mati" y Ángel Reyes (palmas)

"Faro al viejo mundo" (farruca) : Alfonso Aroca (composición y piano) ; Bori Albero (contrabajo) ; Carlos Cortés (percusión), Matías López "el Mati", Carlos Cortés y José Manuel Leal "Tete" (palmas)





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