David Lagos : "Cantes del Silencio"

(Traducción de nuestra reseña)

vendredi 16 septembre 2022 par Claude Worms

David Lagos : "Cantes del silencio"

Sevilla, Cartuja Center, 11 de septiembre de 2022

David Lagos : "Cantes del silencio"

Sevilla, Cartuja Center, 11 de septiembre de 2022

Cante : David Lagos

Guitarra : Alfredo Lagos

Piano y clavicordio : Alejandro Rojas-Marcos

Saxofones : Juan M. Jiménez (Proyecto Lorca)

Percusión : Antonio Moreno (Proyecto Lorca) y Perico Navarro

Palmas : Miguel Téllez

Artistas invitados : Isabel Bayón (baile) y Melchora Ortega (cante)

Audios off : Daniel Muñoz “Artomático”

Documentación histórica y guión : Miguel González

Colaboración literaria : Antonio García Barbeito

Asesor de escenografía : David Coria

Colaboración técnica : Lola Vallespí

Sonido : José Amosa

Iluminación : Rubén Camacho

"Cómo bien sabe mi Dios y que me oigan los hombres, que hay un verdugo muy malo que vive en mi nación. ¡Ay ! debajo de su hacha estamos." (Manuel Gerena - taranto, 1977)

"Un sillón tendrá en el cielo aquel que en un Jueves Santo mandó matar a mi abuelo". (Paco Moyano - soleá, 1978)

"Faltarán los cantaores, aquellos que mejor cantan, para cantar las cuarenta, que es lo que está haciendo falta." (José Menese - "Romance a la libertad", 1979)

Desde finales de los años 70, raras son las voces flamencas, con la excepción de Juan Pinilla y Rocío Márquez, que han mantenido la memoria de las masacres perpetradas por franquistas, falangistas y otros “nacionalistas” durante la Guerra Civil española y la década de plomo que la siguió. La Ley de Memoria Histórica tiene al menos el mérito de existir desde 2007, pero su aplicación avanza con la mayor lentitud posible, entre la terca oposición del Partido Popular (y, más recientemente, de Vox) y las dilaciones del PSOE. Los dos pretextos habituales reaparecen oportunamente (como, en el caso de Francia, la Comuna, el régimen de Vichy, las guerras coloniales, etc.) en cuanto sopla el mínimo viento electoral favorable : 1) Sería urgente más bien la “reconciliación nacional” (es decir, exculpar a los verdugos y olvidar a las víctimas) ; 2) Puesto que se supone que los crímenes están "repartidos", repartamos también las culpas entre unos y otros. Por lo tanto, es necesario recordar una vez más que hubo agresores y agredidos, y que, en términos de celo asesino, los primeros dieron prueba de una eficacia mucho mayor. En Andalucía, en particular, dispusieron del tiempo y de la organización militar y policial necesarias (a los seis meses de guerra, ocupaban seis de sus ocho provincias, todas menos Jaén y Almería). Aunque, evidentemente, sean susceptibles de modificación (¿ cuántas fosas comunes están aún por descubrir ?), las estimaciones de los historiadores serios son todas inapelables. Baste un ejemplo : para el período 1936-1950, Santos Juliá cifra las víctimas de la represión de los “vencedores” en 30 769 (sin contar a quienes murieron en cárceles y en campos de concentración), y en 5 156 las de la represión de los republicanos (Víctimas de la guerra civil. Madrid, Temas de Hoy, 1999). Así pues, hubo Guernicas en Andalucía, como con razón dice David Lagos.

Por su contenido y por su honradez, “Cantes del silencio” es la digna (y muy esperada, al menos por nosotros) continuación del “Guern-Irak”, que desgraciadamente no tuvo tiempo de realizar Enrique Morente (álbum "Pablo de Málaga", 2008) — silencio en un principio forzoso, pero que insensiblemente se fue convirtiendo en norma tácita de cortesía, luego en una segunda naturaleza y finalmente en casi olvido. Sin embargo, en palabras de David Lagos, “sin memoria, no hay historia. Pero tampoco hay un presente, ni un futuro. Hay que contarla... o cantarla”. Así pues, el cantaor ha recurrido al historiador Miguel González para las fuentes documentales y el guion del espectáculo, organizado en torno a tres ejes :

• La “Desbandada”, ya evocada por “Guern-Irak”. Tras la toma de Málaga por las tropas de Queipo de Llano (conforme a sus órdenes, “a sangre y sexo”), entre cien y ciento cincuenta mil civiles huyeron a Almería. Desde el 8 de febrero de 1937, tres barcos (el Canarias, el Baleares y el Almirante Cervera) y la aviación nazi bombardearon las columnas de refugiados. Resultado : entre 3 500 y 5 000 muertos, de lo que Queipo de Llano se felicitó así : “A los tres cuartos de hora, una parte de nuestra aviación me comunicaba que grandes masas huían a todo correr hacia Motril. Para acompañarles en su huida y hacerles correr más aprisa, enviamos a nuestra aviación, que los bombardeó”. Son sin duda hazañas como esta las que le han valido a uno de los carniceros más sanguinarios del franquismo estar enterrado en la iglesia de la Macarena de Sevilla. David Lagos canta a la masacre (“El Sur tiene su Guernica”) por fandangos malagueños (verdial y rondeña — o cante de jabegotes — de Jacinto Almadén) y a los restos de Queipo de Llano, por siguiriya del Nitri ("Con la esperanza perdida”) : “Con la esperanza perdida, Virgen de la Macarena y Cristo de la Sentencia, ¿ cómo pueden descansar sus huesos en tu santa iglesia ?” (letra de Antonio García Barbeito, las otras son populares o firmadas por David Lagos y Daniel Muñoz).

• El franquismo y la alianza del sable, el hisopo y los caciques no aparecieron por generación espontánea en 1936, y por ello la memoria de David Lagos se remonta a 1882 y a los asesinatos atribuidos a una misteriosa sociedad secreta anarquista, la “Mano negra", de la que seguimos sin saber si realmente existió o si fue un invento del poder para justificar la cacería de activistas campesinos, muy real esta, que llevaron a cabo conjuntamente el ejército y la Guardia Civil y Rural (“Trilla de la Mano Negra”). Detenciones masivas, juicio-espectáculo de diecisiete acusados, siete condenas a muerte (en el garrote vil) dictadas por el tribunal de Jerez, que el Tribunal Supremo aumentó a quince. La manipulación fue tan evidente y el escándalo tan mayúsculo, que finalmente hubo que “conformarse” con dos ejecuciones, en la plaza del Mercado de Cádiz el 14 de junio de 1887. Jerez, en poder de unos cuantos terratenientes, fue a partir de entonces escenario habitual de ejecuciones sumarias, preferentemente ante los muros del Alcázar : “las murallas del Alcázar, de penita lloran sangre, son las piedras las que hablan, cuando no se atreve nadie”.

• Las mujeres, por serlo y por militantes, fueron blanco particular de los ejecutores de la guerra sucia del franquismo. Baste como prueba este extracto de un discurso de Queipo de Llano en Radio Sevilla : “Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombre de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estos comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen”, un summum de abyección entre muchos otros. “Las 1 500 rosas” rinde homenaje a las innumerables víctimas (encarceladas, torturadas, violadas, ejecutadas) remitiendo simbólicamente a las “Trece rosas”, las trece militantes socialistas de entre 18 y 29 años acusadas de asesinatos que no podían haber cometido, por estar en prisión, y fusiladas el 5 de agosto de 1939. El baile de Isabel Bayón encarna su sufrimiento (“Medicina para la guerra”) pero también su indomable dignidad (alegrías — “Que me quiten lo bailado”). Ninguna barbarie podrá jamás acabar con su valentía y su determinación de vivir plenamente, cueste lo que cueste : es lo que afirman las rumbas de La Repompa y las bulerías de Melchora Ortega (“Que me quiten lo cantado”).

No obstante, la dignidad del contenido no garantiza por sí sola la calidad de una obra de arte. El logro que suponen estos “Cantes del silencio” se anunciaba ya en 2019, por lo que se refiere a la realización musical, en el tercer disco de David Lagos, "Hodierno" (sobre todo, con el “Pregón del miedo” : “Miedo, miedo, nos venden mucho miedo...”), y más adelante, el 15 de julio en Jerez, en cuanto al asunto, con la representación del espectáculo “Descantar” en el ciclo “Noches de Bohemia”. David Lagos ya estaba rodeado de un equipo de excelentes músicos que llevan años trabajando con él (véase también el espectáculo "¡ Fandango !" de David Coria, asesor escénico aquí) : Alfredo Lagos (guitarra), Alejandro Rojas-Marcos (piano y clavicordio), Juan M. Jiménez (saxofones), Antonio Moreno (percusión) y Daniel Muñoz (música electrónica). Inscribiéndose también en este aspecto en la estirpe del “Pablo de Málaga” de Enrique Morente, han concebido una suite musical descriptiva —y no ilustrativa— en el mejor sentido de la palabra. David Lagos utiliza con total maestría todos los procedimientos vocales desarrollados por Morente, no por afán de exhibición, sino para extraer de cada cante las emociones musicales adecuadas a cada texto : murmullos, soplo ronco, sprechgesang, tríos vocales polifónicos y polirrítmicos, portamentos y sforzandos ascendentes, etc. Desde la primera pieza, la “Trilla de la Mano Negra”, este último efecto lleva la voz del cantaor, por etapas ascendentes guiadas por el saxofón tenor, al límite extremo de su registro, hasta, literalmente, la asfixia, como los condenados al garrote. La misma adaptación exacta de los medios vocales e instrumentales a los asuntos narrados se percibe en el resto del programa : soleares de Triana, verdial y rondeña, malagueña de Antonio Chacón, canción de David Lagos sobre un poema de Antonio García Barbeito, rumba, siguiriyas (a dúo voz/clavicordio, con una perfecta adecuación de la sequedad tímbrica del instrumento al acompañamiento, incluida la paráfrasis de una falseta en alzapúa “a la antigua” - técnica P / i / P) y bulerías. Como es habitual, no hay elogios suficientes para las introducciones de Alfredo Lagos (soleares y malagueña entre otras), y menos aún para su composición por minera en preludio del cante original. También es admirable el trío por cantiñas baile/guitarra/voz (“Cantes de David Lagos”, a partir de las cantiñas de Córdoba, la romera y la versión de Morente de “El agua no la aminoro...”). Al final del espectáculo, antes de una breve cita de la trilla inicial, “Requete Reich” es un cataclismo rítmico, sonoro, vocal y verbal : tras el “respeto del orden y la disciplina” que propugnan todos los fascismos, se oculta invariablemente el caos terrorista.

Si me quitan la memoria que será de mí. Dejadme la memoria. No me borren la historia, necesito retenerla. Dejadme la memoria, toda la memoria” (Antonio García Barbeito y David Lagos). El estudio de “Cantes del silencio” debería formar parte del programa de Historia y Música en todos los institutos españoles.

Claude Worms

Traducción : Jesús Iglesias

Fotos : Archivo fotográfico Bienal de Flamenco / Claudia Ruiz Caro





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